¿Terminas cada comida con una sensación de arrepentimiento? ¿Te repites frases como ‘no debería haber comido eso’ o ‘mañana empiezo la dieta’? La culpa alrededor de la comida es una trampa silenciosa que aleja del bienestar. Como psicóloga especializada en TCA y obesidad, quiero que sepas algo: no eres lo que comes, y mereces disfrutar sin juicios.
En este blog, exploraremos juntas por qué surge esta culpa y cómo transformarla desde la raíz.
¿Por qué sentimos culpa al comer?
- La dieta mental:
Vivimos en una cultura que nos enseña a clasificar la comida en ‘buena’ o ‘mala’, y por extensión, a etiquetarnos a nosotros mismos cuando la comemos. ¿Te suena el ‘modo dieta’ permanente? - El círculo de la restricción:
Prohibirnos un alimento → deseo intenso → atracón → culpa. - Autoexigencia y perfeccionismo:
¿Tratas la comida como un examen que ‘apruebas’ o ‘suspendes’ al final del día
Consecuencias de la culpa crónica (más allá de lo emocional)
- Efectos en el cuerpo: Aumento del cortisol (hormona del estrés) → mayor ansiedad por comer.
- Relación dañada con la comida: Cuando comes con miedo, es imposible escuchar las señales de hambre y saciedad.
- Impacto en la autoestima: Donde cada ‘fracaso’ alimenticio se convierte en un ataque a tu valor personal.
Estrategias terapéuticas para trabajar la culpa
a) Reemplaza el juicio por curiosidad
- La próxima vez que sientas culpa, pregúntate:
- ¿Qué emoción hay detrás de esto? (Ej: miedo a engordar, frustración).
- ¿Qué necesito en este momento? (Descanso, abrazos, tranquilidad).»
b) Rompe el mito de la ‘comida perfecta’
- Frases para repetir:
«Un alimento no define mi día.
Mi cuerpo sabe gestionar lo que le doy.
Merezco nutrir mi cuerpo sin condiciones».
c) Diario de autocuidado (no de calorías)
- Anotar:
- Qué comí + Cómo me sentí físicamente (sin juicios).
- Un gesto de amor hacia mi cuerpo hoy (ej: descansar 10 min, una ducha relajante).
d) Mindfulness aplicado a la comida
- Técnica de los 5 sentidos: «Antes de comer, observa el color, huele, toca la textura… y dedica los primeros 3 bocados a saborear lentamente».
La comida no es un castigo ni un premio. Es energía, cultura, conexión… y sobre todo, un derecho humano. Si necesitas ayuda para sanar esta relación, estoy aquí.